Como venimos contando en Cargacar, cada vez son más las personas que se están pasando al mundo de los coches eléctricos y el sector industrial se está dando cuenta. Por eso, durante los últimos años son más las facilidades que se están desarrollando y creando desde el sector automovilístico para que los usuarios de estos vehículos encuentren más cómodo su uso.

Entre estos avances se encuentra el Wallbox, del que seguramente hablas oído hablar.

Un punto de carga específico es un sistema de alimentación del vehículo eléctrico (SAVE) que puede comunicarse con él para gestionar o detener la entrega de potencia en caso necesario, y que permite por tanto que la velocidad de carga del coche eléctrico de forma más rápida y segura, al contar con protecciones contra sobretensiones.

Hablamos de un dispositivo permanentemente instalado en la vivienda, en una empresa o en un lugar público, por lo que es una extensión de esta.

Modelo Wallbox Commander

A los puntos de carga específicos para vehículo eléctrico que se instalan de forma permanente en una pared, se les denomina genéricamente wallbox.

Wallbox® es también una marca registrada de puntos de recarga para vehículos eléctricos, cuyo uso se ha generalizado y se ha extendido para referirse a cualquier punto de carga de este tipo, independientemente del fabricante.

Existen también puntos de carga que van instalados directamente en el suelo bajo el formato de pequeños postes o paneles informativos, y que llevan integrado el dispositivo de carga, realizando las mismas funciones que un wallbox.

¿Qué es un cargador wallbox y qué tipos existen?

Así pues, un wallbox no es en sí mismo un cargador de coche eléctrico. Un cargador es un dispositivo que lleva instalado ya el propio vehículo eléctrico, y que tiene como finalidad adaptar la corriente que viene de la red eléctrica (corriente alterna) para que pueda ser debidamente almacenada en la batería en corriente continua.

Para ello, el cargador del coche transforma o rectifica la corriente de alterna a continua (de ahí que se conozca también a este dispositivo como rectificador), a la vez que varía la tensión eléctrica (voltios) al valor que se tiene que almacenar en la batería.

Es el vehículo quien gestiona o modula la cantidad de energía que toma de la red, la potencia y el momento en que debe detenerse la carga, en función del nivel de batería que se haya programado, pero siempre en función de la información dada por el wallbox, como el consumo del hogar, límite de potencia establecido, etc.

Todos estos dispositivos permiten realizar cargas lentas a 32 amperios como máximo (que equivalen a 7,4 kilovatios de potencia en corriente monofásica) y cargas semirrápidas a 32 A como máximo (22 kW en corriente trifásica).

En el primer caso, una carga hasta el 80% de la batería puede llevar toda una noche, mientras que en el segundo caso la carga puede conllevar unas 2 o 3 horas, según la capacidad de la batería.

Estos dispositivos permiten monitorizar constantemente la energía consumida (kilovatios hora) durante un tiempo determinado, permitiendo calcular el coste mensual o cobrar por el servicio prestado en el caso de empresas o de establecimientos que ofrezcan esta posibilidad.

Y, si además tenemos dispositivos de producción de energía renovable instalados (solar y/o minieólica), podremos realizar una gestión de la energía de manera completa, integrada y controlada.

Según el modo con que se interactúa con el dispositivo, los hay con pantalla táctil integrada y también con una aplicación para el móvil, algo muy usual en estos dispositivos.

Los wallbox domésticos suelen incorporar el cable de carga, evitando que se tenga que sacar cada vez el cable portátil Tipo 2 de nuestro vehículo; no obstante, los puntos de carga públicos, situados en parkings, no lo incorporan, y se deberá usar el cable portátil que llevemos guardado en nuestro vehículo.

Los puntos de carga públicos, sean en formato wallbox o poste, deben tener por normativa y seguridad una o varias tomas Tipo 2 (y opcionalmente otra de tipo Schuko). De ahí la importancia de llevar siempre en nuestro vehículo eléctrico un cable portátil Tipo 2, normalmente incluido de serie.

Los wallbox emplean el modo de carga 3.

Modelo Wallbox Cooper

Desafíos y soluciones: Instalar un wallbox en casa o en un garaje comunitario

Existen varias situaciones en las que se emplean habitualmente dispositivos wallbox para recargar el vehículo eléctrico: la carga en casa, la carga en el trabajo, y la carga en la vía pública y en establecimientos.

Si nos centramos en la primera de ellas, podemos distinguir dos casos bien diferenciados: el primero es si vivimos en una casa de campo o unifamiliar y disponemos de garaje propio, y la segunda es si vivimos en un bloque de viviendas con garaje comunitario. Son muy distintos casos, por lo que los explicamos con todo detalle.

El caso más sencillo es cuando estacionamos nuestro vehículo eléctrico en un garaje propio, puesto que no tenemos que informar ni pedir permiso a ningún vecino y podemos instalar nuestro wallbox sin más. Eso sí, es necesario que la instalación del punto de carga la realice una persona cualificada, ya que un mal desarrollo de esta podría conllevar un mal funcionamiento del equipo, además de causar daños en la instalación eléctrica.

En cambio, si vives en un bloque de viviendas con garaje comunitario, se plantean dos posibilidades: conectar el wallbox a la instalación eléctrica de nuestra vivienda, empleando el mismo contador de energía y debiendo realizar una instalación a través de paredes y forjados hasta llegar a nuestra plaza de garaje, o bien llevar a cabo una instalación específica e independiente con su contador dedicado desde los contadores comunitarios del párking.

El primer caso (wallbox conectado a la instalación eléctrica de nuestra vivienda) solo requiere informar a la comunidad de vecinos, pero el segundo caso podría requerir, además, de la aprobación de los vecinos en función de dónde instalemos el contador. En este caso tendremos un nuevo contrato de potencia específico, por lo que sale más caro.

Ocurre lo mismo si tienes una plaza de garaje propia pero ubicada en otro bloque de viviendas distinto. En este caso, será imprescindible realizar una instalación eléctrica específica con su propio contador desde los contadores comunitarios del párking, y, como en el caso anterior, se tendrá un nuevo contrato de potencia para el vehículo eléctrico.

En cualquier caso, si tienes una plaza de garaje alquilada deberás contar con el permiso explícito del propietario de la plaza, siendo varias las opciones para llevar a cabo la instalación de un wallbox: alquiler del wallbox, pagar la instalación a medias, que el propietario o propietaria de la plaza de garaje asuma el coste de la instalación y deje el wallbox como servicio adicional de la plaza cuando la abandonemos, o bien pagarlo tú todo y luego desinstalar el equipo si abandonas la plaza de garaje.

Contratar instaladores profesionales para tu punto de carga wallbox

Como decíamos antes, es necesario que la instalación de tu punto de carga wallbox la realice un técnico cualificado y acreditado para evitar daños en la instalación eléctrica o un mal funcionamiento. Además, las instalaciones deben estar legalizadas, por lo que debe efectuarlas una empresa instaladora acreditada como Cargacar.

Si quieres más información sobre cómo instalar un wallbox o pedir presupuesto, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.