La finalidad de la Inspección Técnica de Vehículos es comprobar que el estado general del vehículo y sus elementos de seguridad se encuentran en condiciones que permitan seguir circulando con las suficientes garantías. Con el auge del vehículo eléctrico surge la inevitable pregunta acerca de su ITV, sobre todo teniendo en cuenta las diferencias a nivel mecánico y electrónico con un vehículo de combustión.
¿Cuándo pasa la ITV de un coche eléctrico?
En cuanto a los plazos para pasar la ITV, no existen diferencias entre los vehículos eléctricos y los de combustión. Un coche eléctrico particular deberá someterse a su primera inspección cuando tenga cuatro años de antigüedad. A partir de cuatro años las inspecciones serán cada dos años y una vez el vehículo llegue a los diez años deberá pasar una inspección anual. Si el vehículo es un taxi, debe pasar la ITV cada año si tiene menos de cinco años de antigüedad.
La documentación que debes presentar en la estación de ITV es exactamente la misma que en el caso de un vehículo de combustión: permiso de circulación y tarjeta de inspección técnica.
¿Cuánto cuesta la ITV de un coche eléctrico?
El precio de la Inspección Técnica de Vehículos varía de una Comunidad Autónoma a otra. Estas diferencias de precios pueden ser muy elevadas. Así, un vehículo diésel pagará casi el doble por la ITV en Madrid que en Extremadura. Por su parte, la mayoría de estaciones aplican a los coches eléctricos un precio menor al de un vehículo de combustión, aunque otras no hacen ninguna diferenciación. En cuanto a los vehículos híbridos, el precio de la ITV suele ser idéntico al de un vehículo de combustión.
A día de hoy, las únicas Comunidades Autónomas con una tarifa especial para vehículos eléctricos son Andalucía, Aragón, Castilla y León, País Vasco y Navarra. Las diferencias pueden ser notables porque en Castilla y León un vehículo eléctrico puede pagar 20,08 € por la ITV y en el País Vasco más del doble.
¿Qué elementos se revisan en la ITV de un coche eléctrico?
Al igual que pasa en el tema de los plazos, la ITV es casi idéntica a la de un vehículo de combustión. Se comprueba el estado de carrocería, paragolpes, asientos, cinturones de seguridad, las luces, el sistema de frenado, la dirección, los neumáticos y la suspensión, el estado del motor y la trasmisión. Por otro lado, y por motivos obvios, los coches eléctricos no realizan ni la prueba de fugas de combustible o aceite ni la prueba de emisiones, una de las más temibles para los vehículos de combustión. Igualmente, tampoco deberán pasar la futura prueba de ruidos, puesto que los coches eléctricos son silenciosos, incluso con el sistema de sonido AVAS que sólo funciona a baja velocidad.
Sin embargo, se antoja necesaria una ITV específica para los coches eléctricos. Aunque previsiblemente no tardará en llegar una nueva legislación al respecto, hasta que esta se apruebe hay alguna que otra estación ITV que motu propio ha adaptado sus protocolos a los vehículos eléctricos.