Actualmente, el mercado automovilístico está experimentando una revolución sin precedentes que busca adaptarse a las nuevas y severas normas anticontaminación que impone la Comisión Europea, que fija en el año 2035 la prohibición a la venta de coches con motor de combustión, incluyendo a los híbridos, quedando como única opción viable el vehículo eléctrico de baterías o de hidrógeno.
Hasta entonces, y mientras van incrementándose las restricciones a la libre circulación de vehículos con motor de combustión dentro de las áeras urbanas, aparecen las primeras inquietudes: ¿me compro un coche eléctrico o híbrido?, ¿mejor un eléctrico o un coche hibrido enchufable? Quédate y te desvelamos todas las dudas.
Las diferencias clave entre un coche híbrido y eléctrico que debes conocer
Los coches eléctricos puros cuentan únicamente con la energía almacenada en su batería, es decir, no requieren de ningún combustible para moverse al no disponer de un motor de combustión, y por tanto deben recargarse a través de un punto de recarga en el garaje o de un punto de carga público.
Un vehículo híbrido, en cambio, es aquel que combina más de un sistema de propulsión distinto, habitualmente un motor de gasolina con uno o varios motores eléctricos, aunque en menor medida también existen híbridos que albergan un motor diésel. Su denominación genérica es “vehículo híbrido eléctrico” (o HEV, de las siglas en inglés de Hybrid Electric Vehicle).
Los vehículos híbridos nacieron con la finalidad de mejorar el rendimiento y reducir las emisiones de los vehículos con motor de combustión, pero sin las limitaciones que actualmente tienen los vehículos 100 % eléctricos, que principalmente son tres: menor autonomía, tiempos de recarga más elevados y menor número de puntos de recarga.
Heredan por tanto lo mejor (y lo peor) de ambas tecnologías; y es que, aunque el rendimiento de un vehículo híbrido es mejor que el de un vehículo de combustión estándar equivalente, no logra igualar ni de lejos al del vehículo eléctrico puro.
Por una parte, tenemos dos tipos de híbridos: los híbridos convencionales (HEV), que no son enchufables y solo pueden recargar la batería mediante la frenada regenerativa y el motor de combustión, y los híbridos enchufables (o PHEV, de las siglas en inglés de Plug-in Hybrid Electric Vehicle), que sí pueden cargar la batería enchufándolos a la red eléctrica (además de poder recargarla también mediante la frenada regenerativa y el motor de combustión como los HEV).
Por otra parte, también podemos clasificar a los híbridos según la manera en que se combinan entre sí todos los motores: híbridos en serie, híbridos en paralelo e híbridos en serie-paralelo.
Los híbridos en serie, también conocidos como “vehículos eléctricos de autonomía extendida” (o EREV, de las siglas en inglés de Extended Range Electric Vehicle), son movidos exclusivamente por el sistema de propulsión eléctrico, destinándose el motor de combustión únicamente para recargar la batería cuando esta se agota o está a punto de hacerlo.
Los híbridos en serie son todos enchufables, y son los híbridos más electrificados de todos. Ejemplos de híbridos en serie: Opel Ampera, Chevrolet Volt, BMW i3 REX. Son los híbridos que mayor rendimiento tienen cuando son recargados asiduamente (si se agota la batería y no se recargan, el consumo de combustible y por tanto las emisiones son mayores que las de un híbrido convencional o un vehículo de combustión equivalente, debido al mayor peso generado por las baterías y todo el sistema híbrido).
Los híbridos en paralelo son los llamados “híbridos suaves” (o MHEV, de las siglas en inglés de Mild Hybrid Electric Vehicle), también conocidos como “semihíbridos” o “híbridos ligeros”, y tienen un pequeño motor eléctrico que únicamente ayuda al motor de combustión a realizar el trabajo de tracción y en la frenada regenerativa. Los híbridos en paralelo nunca son enchufables y son los menos eficientes de todos.
Los híbridos en serie-paralelo combinan los dos sistemas anteriores, pudiendo funcionar en serie, en paralelo o una combinación de ambos (serie-paralelo). Pueden ser enchufables (como por ejemplo el Toyota Prius Plug-in, la gama de híbridos de Kia-Hyundai como el Hyundai Tucson Plug-in o el Kia Niro Plug-in) o no enchufables (toda la gama de híbridos de Toyota y Lexus, el Hyundai Kona Hybrid, el Kia Niro Hybrid, etc.).
En general, si exceptuamos a los híbridos en serie (o eléctricos de autonomía extendida), de los que apenas existen modelos en el mercado, la gama de vehículos híbridos eléctricos e híbridos eléctricos enchufables ha crecido muchísimo en estos últimos años, a pesar de que la diferencia en cuanto al precio es notable, siendo estos últimos los más caros y muy similar al de los coches eléctricos. El precio de los híbridos convencionales es, por su parte, muy similar al de los vehículos con motor de combustión.
Otra de las diferencias clave entre un coche híbrido y un eléctrico es el tamaño de la batería. Las baterías de los híbridos suaves (MHEV) son las más pequeñas de todas, generalmente de 48 voltios; les siguen las baterías de los híbridos convencionales (HEV), de 200 voltios de tensión eléctrica y una capacidad de entre 1 y 1,5 kWh de capacidad, que le otorgan una autonomía de unos 2 kilómetros, y por último están las baterías de los híbridos enchufables (PHEV), las más grandes, de unos 300 V y 10 o 25 kWh de capacidad, lo que les permite circular entre 40 y 80 kilómetros de autonomía en modo eléctrico.
En cambio, la capacidad de la batería de un coche eléctrico puro estriba entre los 25 kWh y los más de 100 kWh que pueden tener los coches de alta gama; el voltaje por su parte se sitúa en valores que van desde los 400 V hasta los 800 V. La autonomía de estos vehículos oscila entre los 150 kilómetros y los más de 600 kilómetros de los modelos más capaces.
¿Híbrido enchufable o eléctrico? Descubre qué se adapta mejor a tus necesidades
Para saber qué tecnología se adapta mejor a tus necesidades, deberás valorar varios aspectos. El primero de ellos es la infraestructura de recarga. El segundo de los aspectos es el tiempo que necesitarás invertir en cada repostaje de combustible versus al tiempo de recarga de la batería del coche eléctrico.
La autonomía que necesitas disponer en tus trayectos habituales es el siguiente aspecto a valorar.
Por supuesto el presupuesto disponible para gastar en un nuevo vehículo es primordial, pero ten en cuenta que el coche eléctrico tiene un mantenimiento mucho menor, por lo que, en un determinado tiempo, en función del número de kilómetros que realices, vas a amortizar esa inversión inicial.
En el siguiente apartado se explican detalladamente cada uno de estos aspectos.
Conclusión: ¿coche híbrido enchufable o eléctrico? Tomando la decisión acertada
Con el fin de tomar la decisión más acertada en la compra de un nuevo vehículo, tendrás que valorar en tu caso particular los aspectos reseñados en el anterior capítulo.
La ventaja fundamental entre un híbrido enchufable y un coche eléctrico puro es la mayor infraestructura de estaciones de servicio de combustible frente a la red de electrolineras para la recarga de baterías, todavía en expansión a pesar de contar ya con numerosos puntos de carga públicos. Seguramente este sea el primer aspecto que debas considerar antes de decidirte entre un coche híbrido enchufable y un coche eléctrico.
Ten en cuenta que los tiempos de repostaje de combustible aún son menores en compración con los tiempos de recarga de las baterías, aunque estos cada vez son más parecidos y la diferencia es mínima en muchos casos.
También, valora convenientemente la autonomía que necesitas, considerando que la autonomía es mayor en un vehículo híbrido enchufable que en un vehículo eléctrico medio, aunque esta diferencia cada vez se va reduciendo más y las autonomías de los coches eléctricos en la mayoría de los casos ya permiten viajar sin problemas si se respeta la norma de descansar veinte minutos cada dos horas de conducción.
Pero a pesar de estas aparentes ventajas, el coche eléctrico tiene un coste en propiedad (que tiene en cuenta el coste de adquisición y el coste de mantenimiento) mucho menor que el del híbrido enchufable, por lo que a medio y largo plazo sale mucho más económico el eléctrico.
Como ejemplo, se puede poner el caso del Hyundai Tucson Plug-in, el que fue el coche más vendido durante el primer trimestre de 2023 antes de ser superado por el Tesla Model Y. El Hyundai tiene un coste en propiedad a los cinco años de 45.430 € frente a los 30.440 € del Tesla, pero a los diez años dicho coste asciende a los 70.078 € frente a los 57.657 € respectivamente.
Así pues, considerando todas las ventajas que se han detallado, el coche eléctrico se adapta perfectamente a la gran mayoría de usuarios.
Únicamente para aquellas personas que deban realizar largos viajes por zonas donde todavía no haya una red de recarga muy amplia y se necesite mucha autonomía, podría ser más interesante un coche híbrido o híbrido enchufable, aunque esto previsiblemente va a cambiar en breve con la expansión de la red de recarga y el aumento de la autonomía de los coches eléctricos. La decisión por tanto dependerá de cada caso concreto.