En un futuro inminente, en el que la nueva movilidad basada en vehículos eléctricos a baterías ya planta cara con decisión al motor de combustión, Toyota mantiene su rechazo al vehículo eléctrico. Los números empiezan a dejar en evidencia al mayor fabricante de automóviles del mundo: 10.000 son las unidades que Toyota se ha limitado a vender en Estados Unidos, donde sólo del Tesla Model 3 ya se vendieron casi 200.000.

El rechazo de Toyota al vehículo eléctrico

La cosa no termina ahí: 1.200 son las unidades matriculadas del Toyota bZ4x (en España literalmente han sido cuatro, bajo la fórmula de rénting). La llamada masiva a revisión por problemas en las ruedas (que pueden llegar a desprenderse) y estudios que delatan una autonomía lejana a la anunciada en condiciones reales de conducción, parecen poner telón de fondo a estos malos resultados.

Bajo esta tesitura, Toyota sigue apostándolo todo al vehículo híbrido y poniendo el foco en él, afirmando que, por cada batería de 100 kWh de capacidad que puede llegar a tener un vehículo eléctrico de gran autonomía o dos de mediana autonomía, pueden producir 90 Toyota Prius híbridos o 6 Toyota RAV4 híbridos enchufables (por el mayor tamaño de su batería).

Apuesta por el vehículo híbrido

Esto se traduce en que, según ellos, se pueden desplazar más personas con la misma capacidad energética almacenada en la batería de uno o dos vehículos eléctricos, aunque no se cita que, para ello, se necesita seguir extrayendo, transportando, refinando y quemando combustible fósil desde los yacimientos petrolíferos, con todas sus implicaciones. Y que, aunque todo ello implique que se necesitan extraer menos materias primas de los yacimientos naturales, se sigue necesitando producir todos los componentes que forman parte del vehículo (entre ellos, el motor de combustión).

Y todo, con la prohibición de fabricar y vender vehículos con motor de combustión a partir del día 1 de enero de 2035 en el horizonte, según os contamos en nuestro artículo.

Esta estrategia deja entrever que Toyota sigue fiel a sus principios de que es un error apostar todo a una única forma de movilidad, la eléctrica, tal y como ya está haciendo la inmensa mayoría de fabricantes de vehículos del mundo. Quizás pueda tener razón si tenemos en cuenta todas las formas posibles de movilidad, esto es, transporte terrestre, transporte marítimo y transporte aéreo, con la inclusión de la pila del hidrógeno en el transporte por medios pesados, como los barcos, según apuntan numerosos estudiosos.

Pero el gran avance que ha experimentado estos últimos años la movilidad eléctrica, en contraste con la baja eficiencia del hidrógeno y lo poco evolucionado que está su sistema de distribución, ponen en evidencia la estrategia que defiende Toyota. Y es que sólo llegó a vender 2.000 unidades del Toyota Mirai, su vehículo movido con pila de combustible.

Alternativas de Toyota

Parece que para Toyota cualquier alternativa sigue siendo mejor que el vehículo eléctrico, y seguramente por eso busca sacar partido al hidrógeno bajo la forma más insospechada: la última, la quema en motores de combustión, algo que ellos mismos han demostrado que no tiene sentido, puesto que su rendimiento es paupérrimo y siguen emitiendo contaminantes como óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO) y partículas finas en suspensión (PM2,5).

A pesar de todo, Akio Toyoda, gran detractor del vehículo eléctrico y actual CEO de Toyota, que ha anunciado que dejará la compañía en abril de este año 2.023, aseguró en un evento de presentación que las ventas de coches eléctricos de Toyota a nivel mundial alcanzarán los 3,5 millones en 2.030, siendo todos sus vehículos libres de emisiones CO2 para 2.035 (2.030 en el caso de Lexus). Quizás, con todo, no quieran ser la próxima Nokia de la industria automovilística.