Las denominadas “normas Euro” son normativas europeas que nacieron para controlar las emisiones de los vehículos con motor de combustión, actualizándose en cada edición para reducir los límites máximos permitidos en emisiones. La nueva norma Euro 7, que fue aprobada el pasado mes de noviembre de 2.022, y que entrará en vigor el próximo año 2.025 (dos años más tarde para camiones y autobuses), pone contra las cuerdas al motor de combustión al endurecer mucho los niveles de emisiones máximos permitidos. ¿Será el jaque mate definitivo para los motores de combustión? Quédate y descúbrelo.
Nueva norma Euro 7
La nueva norma Euro 7 limitará las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 30 mg/km para los coches con motor de gasolina y en 10 mg/km para los coches con motor diésel (actualmente, en la Euro 6d, estos límites son de 60 y 80 mg/km, respectivamente).
Otro de los gases afectados será el monóxido de carbono (CO), cuyos límites se quedarán entre 100 y 300 mg/km (actualmente están entre 500 y 1.000 mg/km), según el informe del Grupo Asesor sobre Normas de Emisión de Vehículos (AGVES).
Los motores diésel, puesto que son los que más óxidos de nitrógeno (NOx) emiten, van a ser los más afectados por la nueva norma EURO 7, ya que deberán reducir a la mitad las emisiones de este nocivo gas; los motores de gasolina lo deberán hacer en un 40 %.
Los vehículos deberán mantener sus niveles de emisiones homologadas dentro de los límites establecidos dentro de los 10 años posteriores y después de haber circulado más de 200.000 kilómetros, el doble de lo exigido en la normativa actual Euro 6d.
El endurecimiento del límite actual ha llevado a fabricantes como Audi, Daimler, Ford, Volvo o Stellantis/PSA a anunciar que paralizan el desarrollo de nuevos motores de combustión. Según Markus Duesmann, CEO de Audi, dejarán de desarrollar nuevos motores de combustión, adaptando los motores de combustión existentes a las nuevas pautas de emisiones.
Así, los fabricantes de coches dejan de ver viables los motores de combustión y empiezan a centrarse en la transición a la movilidad eléctrica. No obstante, hay fabricantes, como BMW, que ya trabajan en motores diésel que puedan cumplir las exigencias de Euro 7, aunque sin apartar la vista de los vehículos eléctricos, como así lo demuestra con los nuevos modelos 100 % eléctricos que va desarrollando y poniendo en circulación.
Una de las novedades de la nueva norma EURO 7 es que contemplará la monitorización de las emisiones para evitar que los fabricantes incluyan sistemas que las rebajen artificialmente en función de la geolocalización. Esto afectará muy especialmente a los híbridos enchufables, ya que se pretende controlar su uso en función de la correcta carga de la batería.
Pero la Euro 7 también tendrá efecto sobre los coches eléctricos e híbridos, en la medida en que quiere reducir en un 27 % las emisiones de partículas de polvo fino generadas en la frenada y por los neumáticos al circular, a pesar de que son precisamente este tipo de vehículos los menos afectados por esta medida, ya que la frenada regenerativa reduce considerablemente el uso del sistema de frenos mecánicos.
Además, por vez primera, la Comisión Europea, a través de la nueva norma EURO 7, contempla y regula la duración de la vida útil de las baterías de los vehículos eléctricos e híbridos enchufables. Así, después de cinco años o 100.000 kilómetros en funcionamiento, la capacidad de almacenamiento de la batería no deberá descender del 80 % del total original y, después de ocho años o 160.000 kilómetros, el mínimo deberá ser del 70 %.